jueves, 17 de enero de 2008

Quizás


5 comentarios:

Anónimo dijo...

...porque parece que todo es más agraciado si se está acompañado..Y de lo ínsignificante puede surgir lo más maravilloso...
..me encanta chico.un besazo."Quizás..."!sigue escribiendo cosillas!

Josemy dijo...

Precioso el poema... de verdad, que me ha conmovido por dentro...

Sigue así!

PD: Cómo llegaste a mi blog?

F.J. Medina Fdez dijo...

Muchas gracias!Me alegro de que te haya llegado. Aún estoy un poco perdido con el blog, poco a poco iré subiendo más cosas.
Tu blog lo descubrí enlace tras enlace, no sabría decirte muy bien como llegué.
Espero volver a verte por aquí!

Un saludo

Anónimo dijo...

Dicen que a medianoche, a partir de las 12, el intelecto se despierta porque su amiga la lucidez no lo deja dormir. A saber, es como franquear una especie de umbral, adentrarse en la “hora bruja” que llega con su magia a cada rincón de la habitación...

Yo no sé exacamente que es lo que me sucede en estas horas, no sé si será la lucidez o los sueños que juegan al escondite conmigo...solo sé que son las 2:15 de la mañana y no consigo dormir...solo sé que mi habitación esta llena de sombras frías que evocan tu recuerdo...que te fuiste hace unas horas y siento siglos de vacío. Las 2:21, han pasado 6minutos...giro en mi cama esperando rozarte entre las sábanas, ey, no estas...sonámbula voy hacia aquella habitación, esperando que hayas huido tras horas de insomnio por mi invasión de colchón...No estás, te has ido...y vuelvo a mi fría cama...2:27...que larga se me hace la cuenta atrás.

Una sonrisa de caricia enano. TQ

F.J. Medina Fdez dijo...

También dicen que a mediodía, a partir de las 12, el intelecto cansado de su jornada, da paso a la lucidez...

Yo tampoco sé exactamente lo que me sucede ahora. Supongo que la mentada lucidez me hace recordar que vi mis sueños merodeando en la palma de tu mano. Sólo sé que son las 13:03 de la tarde y que no consigo despertarme.

¿Quizás quedé aprisionado en el atrapasueños que cuelga de tu lecho?

Ya han pasado cinco minutos y nada. Te sigo viendo desde esta lejanía, desde esta imponente altura. Duermes, aunque inquieta, aunque sudorosa, aunque bella; y más no puedo hacer que seguir confinado en esta maraña de días, horas, minutos y segundos; velando tus sueños... Ingeniando la forma de llegar hasta ti...

13:27, ya queda menos...