sábado, 29 de agosto de 2009

El 8 de corazones

18 comentarios:

Anónimo dijo...

No me dejes sola tanto tiempo...que se me desencorseta el corazón...

Anónimo dijo...

Por favor...

F.J. Medina Fdez dijo...

Cuéntame...

Anónimo dijo...

te extraño, poco más que contar...Tal vez no seas consciente del bien que haces a l@s anónim@s

F.J. Medina Fdez dijo...

¿Por qué estás triste?

Anónimo dijo...

No estoy triste, simplemente te echo de menos...me tienes mal acostumbrada...y hace tanto que no floreces...

F.J. Medina Fdez dijo...

Háblame de ti...

Anónimo dijo...

No hay mucho que decir...qué necesitas saber?? Despego unas 15 veces al día, me enamoro de las luces, los olores, los ademanes, esos detalles que nadie observa. Caigo 16, todas las que alguien sufre, aquellas en que una sombra hace desvanecer la luz. Me enojo una vez por semana, y dudo de mí cada nanosegundo...ah!! y consulto este blog cada tres dias, por si se produce el milagro...
Poco de mí, nada que sea interesante...

Anónimo dijo...

Dame un suspiro, dime que llegará,
incendia de rojo la aurora, dame
amaneceres de gloria.
No hay caminos sin que los dicte
aquella luz, que hace tu día.
Bailame una danza de ancestros
acercame a tu aliento y tu sed,
esperando, me tienes, tus gestos
zambullida en el agua, en tu red.
Ahora si, ahora ya puedes saber...

F.J. Medina Fdez dijo...

¿Dónde aprendiste a escribir así?

Anónimo dijo...

Cuando quise contestarte.

Anónimo dijo...

Acrostica Loriga...

Anónimo dijo...

Parece que vuelvo a encontrarme con la nada...

F.J. Medina Fdez dijo...

¿Qué es "Loriga" Diana?

Anónimo dijo...

Una larga historia, supongo...

Anónimo dijo...

son tan largos tus silencios...

Anónimo dijo...

son tan largos tus silencios...

Unknown dijo...

Mientras que exista el 8 de corazones estaremos a salvo.
Sin el Santo Ocho, sin el símbolo del infinito, sin hacer un bucle eterno entre el arriba y abajo, lo divino y lo humano, lo interno y lo externo, los cielos y la tierra, el aire y la tierra, el hombre y la mujer....sin el sagrado Ocho, el corazón no puede hacer otra cosa que romperse, romperse en mil pedazos y volver a reconstruirse hasta que pueda sanar.